En la obra aparecen dos figuras semidesnudas, niño y anciano (con bastón) en la parte central inferior de la composición, junto a ellos un rectángulo de color más claro que el fondo grisáceo y neutro, lo que parece ser una pizarra (aunque también podría tratarse de una ventana). El fondo está cubierto por todas partes de monigotes y pequeñas figuras (personas, animales, estrellas, coches, corazones, etc.) como metáfora de las enseñanzas transmitidas del anciano al niño. El niño aparece con los brazos cruzados y su cara muestra la atención que le presta al anciano, mientras que el anciano gesticula con una de sus manos explicando algo al joven.