Las fotografías, en color, muestran con gran calidad y detallismo distintos paisajes en los que la figura del hombre no aparece, y si lo hace, es de forma poco significativa, siendo la naturaleza el elemento protagonista. La composición crea un contraste entre elementos naturales en la franja superior de la obra con la visión del cielo, las montañas, el mar, las rocas... para luego introducir en la franja superior elementos creados por el hombre como la carretera, y la pequeña estación de servicio que se erige en el centro de la obra, adquiriendo con ello mayor relevancia que las montañas. El espectador encuentra así un gran contraste entre la inmensidad del paisaje de fondo y la pequeñez de la estación de servicio.