Dos espejos cuadrangulares paralelos entre sí, uno frente a otro. Entre ambos, una columna de pavés. En el interior de cada pavés se encuentra un grabado sobre cinc de la misma autora.
La columna intermedia se refleja a la vez en ambos espejos, el superior y el inferior. De la imagen reflejada resulta una ilusión óptica de profundidad, de la que forma parte también el espacio que rodea la obra y que también se refleja con el mismo efecto en los espejos, así como los/as espectadores/as que se acerquen a ella.