La obra se mueve entre lo figurativo y la abtracción. Un objeto que evoca a maquinaria agrícola, como una segadora, es el centro de la composición. En su interior, tras lo que parece ser un cristal, aparece la silueta de una figura humana. La máquina presenta elementos añadidos a la capa pictórica, a modo de collage. Por la parte inferior tiene adheridas unas puntas que enfatizan el carácter mecánico de la máquina, así como marcas realizadas con objetos sobre la pintura. El fondo, que recuerda un paisaje agrícola, se extiende en tonos terrosos, ocres y amarillos.
En la parte posterior de la obra aparece un texto al que no se ha podido acceder.