Representación del interior de la Catedral de Málaga. El muro ocupa toda la composición, apreciándose las columnas corintias sobre pilastras y el entablamento. Un grupo de personas se dirigen hacia el interior, representados por medio de una mancha de color rojo difusa.
Predomina la línea que marca el contorno de los elementos arquitectónicos.
La obra es tricolor, destacando el azul que se aplica a la mayor parte de la superficie junto con el amarillo. El rojo se reserva para la parte inferior, el lateral derecho y pequeñas zonas en el resto de la composición.