Escultura que representa a San Juan Bautista según su modelo iconográfico habitual. Aparece de pie, como un hombre maduro, barbado, vestido con una túnica a base de pieles -indumentaria característica de este profeta de vida retirada en el desierto- y con un manto rojo, color alusivo a su martirio. Junto a él, un tronco sobre el que se apoya un libro y un cordero, el Agnus Dei, símbolo de Cristo anunciado por el Precursor. Es captado en una postura artificiosa e inestable, propia del Manierismo en el que se encuadra esta obra. Adelanta su pierna izquierda, al tiempo que gira el tronco hacia este lado, cruzando y levantando su brazo derecho. Es una figura de formas rotundas y facciones clásicas, mostrando influencias de la escultura italiana del Quinientos. Por sus características estilísticas, tratamiento de los ropajes y cabellos, ha sido puesta en relación con la producción de Juan Bautista Vázquez el Viejo" y su círculo."