Pintura que representa al Niño Jesús con túnica malva, de pie sobre un orbe, con la mano derecha en actitud de bendecir y una cruz en la izquierda; con nimbo alrededor de su cabeza. Muestra una expresión seria y concentrada, consciente de su misión como Redentor de la humanidad que salvará mediante su sacrificio en la cruz. Esta pintura, al igual de las restantes del retablo de igual mano y cronología, muestra una clara influencia del manierismo nórdico, apreciable en aspectos como su dibujo seco o el tratamiento de la indumentaria. Aunque ha sido vinculada por algunos investigadores a Francisco Pacheco, se considera actualmente obra anónima, próxima al estilo de Vasco Pereira.