Pintura que representa a la Virgen vestida con túnica jacinto y manto azul sobre una media luna, con las manos unidas en oración y dirigiendo la mirada a las alturas. Rodeada por un áureo resplandor, es elevada a los cielos por una serie de ángeles. Compositivamente, su autor ha seguido, en lo esencial, el grabado de la Coronación de la Virgen realizado por Cornelis Cort sobre composición de Zuccaro. Así, el atuendo y la posición de la Virgen resultan coincidentes, si bien el pintor ha variado la orientación de su rostro. Respecto al grabado, se aumenta el número de ángeles y se elimina el motivo de la corona que portan dos de ellos sobre la cabeza de la Virgen, ya que el asunto de su Coronación se desarrolla en la pintura del ático del retablo. Esta pintura, al igual de las restantes del retablo de igual mano, muestra una clara influencia del manierismo nórdico, apreciable en aspectos como su dibujo seco, los rostros de las figuras o el tratamiento de sus ropajes. Aunque ha sido vinculada por algunos investigadores a Francisco Pacheco, se considera actualmente obra anónima, próxima al estilo de Vasco Pereira