San Juan Bautista aparece sentado sobre una roca, a la izquierda de la composición, vestido con pieles y manto rojo, y portando un báculo del que pende una filacteria. A la derecha, se representan dos fariseos. Alude esta escena al episodio contenido los Evangelios canónicos, según el cual los fariseos preguntaron al Bautista si él era el Mesías o un profeta más. En esta obra de Uceda, a pesar de su mal estado de conservación, se percibe el estilo de este maestro, que evolucionó desde el tardomanierismo hacia el naturalismo barroco; en las pinturas de este retablo muestra Uceda una pincelada suelta y una expresividad, especialmente en las figuras infantiles, que recuerda la influencia que en él ejerció el arte de Juan de Roelas. Las composiciones parecen derivar de grabados manieristas.