La obra recoge a un grupo de niñas sentadas en el margen de una cancha de tenis. Tres de ellas están sentadas en el suelo y otra, vestida de blanco, en el interior de un carrito de supermercado. Al otro lado de la valla metálica de protección, hay un chico con camiseta blanca. Uno de los personajes lleva un teléfono móvil y en un lado se aprecia lo que puede ser un altavoz, pero todos parecen estar pendientes del juego.